El presente artículo narra mi primera experiencia de enseñar las radiaciones solares en primer grado.
Contenido complejo, si los hay. Ante todo busqué información disciplinar. La radiación solar es el flujo de energía que recibimos del Sol en forma de ondas electromagnéticas de diferentes frecuencias (luz visible, infrarroja y ultravioleta).
Me puse a pensar qué tipo de actividades debía realizar. Decidí que les presentaría experiencias y juegos; que luego conversaríamos sobre lo sucedido, planteándoles preguntas, promoviendo su curiosidad y la búsqueda de explicaciones.
La capacidad de formular preguntas, la curiosidad y la discusión de ideas iban a ser el camino hacia la construcción de conocimientos colectivos. Lo importante no eran los nombres, sino entender qué significaban.
El programa vigente indica algunos antecedentes en Nivel Tres años y en Nivel Cinco años, y posibilita vínculos con Biología y Física en primer grado.
Con este marco comencé a trabajar.
Generalmente no enseñamos contenidos astronómicos en la clase de tres años, nos parece una disciplina “muy difícil” para abordar en esas edades.
Pero... nuestro salón recibe mucha luz, cada mañana el Sol “entraba por la ventana”. Los niños se sorprendían y comentaban el fenómeno. Veían que Sol comenzaba a cubrir de luz las mesitas, al principio las que estaban más cerca de las ventanas y luego las otras mesas.
Niño: –Maestra, el Sol entró en la mesa.
Niño: –Sí, por la ventana.
Maestra: –¿La ventana está abierta?
Niño: –Está cerrada. Entra igual.
Esto se repetía día tras día, la curiosidad de los niños iba en aumento, llegaron a esperar que el Sol “entrara y se corriera” por el salón.
Nos proponemos “observar el cielo” con la finalidad de comprender el porqué de sus colores.
Cuando se les pide a los escolares que dibujen el cielo diurno, en general suelen dibujarlo con coloración celeste, y si pedimos el cielo nocturno predominan los azules oscuros.
Esos dibujos responden a lo que solemos observar generalmente.
Pero si agudizamos nuestros recuerdos, veremos que hemos visto otras coloraciones.
Teniendo presentes esas evidencias, resulta más que pertinente que nos preguntemos por qué las coloraciones del cielo, qué variables inciden para obtener las diferentes tonalidades.
¿Astronomía en Nivel Cuatro años? ¿Qué hago? ¿Por dónde comienzo? ¿Qué tengo que enseñar? Muchas preguntas... muchas dudas. Pero
decidí embarcarme en el viaje, estaba dispuesta a aprender y a afrontar desafíos. ¿Qué implica enseñar el cielo diurno y el cielo nocturno desde una mirada astronómica?
Que todo lo que está en el cielo diurno está en el nocturno, excepto el Sol. Esta expresión tan breve encierra múltiples aspectos que debía considerar a la hora de planificar la enseñanza:
► Comenzar a construir la noción astronómica de cielo.
► Diferenciar en el cielo, los elementos astronómicos de los meteorológicos.
► Reconocer siempre la presencia del Sol en el cielo diurno.
► Ampliar el conocimiento sobre los elementos del cielo diurno a la Luna y las estrellas.
► Incorporar la noción de cielo nocturno como ausencia del Sol.
También implica acercar a los niños a los científicos que estudian “el cielo”, su lugar de trabajo, los instrumentos que utilizan.
Y así fue que comencé...
Para orientar la tarea docente en Educación Inicial y Primaria, nos parece fundamental partir de un análisis epistemológico y didáctico de los contenidos programáticos del Área del Conocimiento de la Naturaleza en el currículo actualmente vigente en Uruguay.
En este artículo realizamos una breve discusión de los contenidos de Astronomía prescritos en el Programa de Educación Inicial y Primaria. Año 2008, con el objeto de brindar a las maestras y a los maestros algunas “claves de lectura” que se traduzcan en posibles directrices para el diseño, la implementación y la evaluación de secuencias de enseñanza que aborden esos contenidos.
En todo diseño curricular se pone en juego una gran variedad de criterios de selección de contenidos: se espera que ellos sean centrales en la(s) disciplina(s) de referencia, socioculturalmente significativos, adecuados al desarrollo psicoevolutivo de los estudiantes, valiosos para la formación
de ciudadanía, etcétera. Entre tales criterios necesariamente se generan ciertas tensiones. El conjunto de contenidos seleccionados para ser enseñados, el orden en el que aparecen en los distintos grados, la importancia relativa que se les asigna, entre otros muchos aspectos, dan cuenta de la resolución que se ha dado a esas tensiones: el currículo no solo muestra la imagen de ciencia que se desea “hacer vivir” en las aulas, sino que está “teñido” de las concepciones epistemológicas y didácticas sostenidas por sus diseñadores.
Examinar el currículo como el “producto final” de delicadas decisiones y negociaciones nos proporciona una “ventana” Un enfoque de enseñanza
de la Astronomía Algunas consideraciones epistemológicas y didácticas a entender tanto qué se ha considerado importante enseñar como en qué se fundamenta el reconocimiento de esa importancia.
El proceso de producción del currículo como documento público conlleva poner en diálogo, y eventualmente lograr amalgamar, las intenciones y los supuestos asumidos por los diseñadores que provienen de diferentes campos profesionales, tradiciones intelectuales y disciplinas académicas.
Leer con cuidado los contenidos que se prescriben nos permite indagar en ese proceso para fundamentar mejor la enseñanza. Tal es la intención de este artículo.
El monográfico del presente número está dedicado a la enseñanza de las Ciencias Naturales, más específicamente a la enseñanza de la Astronomía.
En principio tiene el mismo propósito de otros monográficos, que es brindar un espacio para que los docentes puedan comunicar experiencias de
aula sobre una temática. El ejercicio de comunicación es en sí mismo una manera de revisar lo que hacemos, tanto para el que comunica como para los lectores que, a manera de espejo, ven su propia práctica como objeto de análisis.
Planificar una secuencia de enseñanza en sexto grado para los contenidos “El Sistema Universo. -Los componentes e interacciones. -Las Galaxias (La Vía láctea y otras)” (anep. cep, 2009:214), llevó a profundizar no solo desde lo disciplinar, sino también desde lo didáctico dado el nivel de complejidad que presenta su abordaje en términos de distancias, tiempo y tamaños.
Jugar con sus sombras es una actividad frecuente para los niños, les resulta divertido correr tras de ellas, pisar la sombra de sus compañeros, ver como sus cuerpos se agrandan o se achican en la pared iluminados por una linterna... Es un juego muy entretenido y que a menudo planificamos así, como una actividad lúdica.
¡La luz es un fenómeno tan cotidiano!, nos acompaña siempre, al igual que la sombra que nos sigue a todos lados... ¿por qué entonces nos cuesta tanto trabajarlo en la clase como un fenómeno físico?
En Nivel Inicial cuatro años, la luz y la formación de sombras es uno de los contenidos del Área del Conocimiento de la Naturaleza que podemos abordar desde la Física y desde la Astronomía, pero también desde otras áreas como la del Conocimiento Artístico.
¿Cómo pensar esta situación de enseñanza para que esté focalizada en las ciencias? ¿Qué quiero que los niños aprendan referido a la luz, los objetos y las sombras? ¿Qué dice la Física de la luz? ¿Qué piensan los niños de nivel inicial sobre las luces y las sombras? Respondiendo a estos interrogantes, se desarrolló esta intervención en inicial cuatro años.
Autor: María Dibarboure
Concepto: En el presente año se dan circunstancias especiales para la enseñanza de las Ciencias Naturales.
Al mismo tiempo se conmemoran 400 años del telescopio construido por Galileo Galilei, lo que da lugar a celebrar el Año Internacional de la Astronomía, y los 200 años de Charles Darwin y el origen de las especies, hecho también celebrado mundialmente.
Es nuestra intención que QUEHACER EDUCATIVO se haga eco de estas celebraciones yaporte información, ideas y sugerencias para lapráctica en escenarios escolares.
En particular, en este número, nos abocaremosexclusivamente a la Astronomía
Revista Nº 94
Abril de 2009
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