Este artículo es una versión modificada del capítulo de un libro en elaboración que, de manera provisoria, se denomina Enmiendas a la didáctica de la lengua.
En el presente trabajo se expondrá el papel central que la gramática tiene para cumplir en la enseñanza de la lengua, entendida fundamentalmente
como la enseñanza de la lectura y la escritura. Después de haber sido denostada de diversas maneras, hoy en día la gramática está de vuelta para decirnos nuevas cosas sobre su campo de acción, sobre la delimitación de sus unidades, la organización y el funcionamiento del sistema de la lengua, y para señalarnos, para quien sepa y quiera escuchar, un determinado estado de situación respecto de las circunstancias educativas que atraviesa la escuela uruguaya.
No obstante, la gramática presenta sus limitaciones analíticas, que serán convenientemente expuestas en este artículo, en el que se propondrán ejemplos cuyos análisis adoptarán una perspectiva discursiva con el propósito, en efecto, de poner de relieve dichas limitaciones y, concomitantemente, de ofrecer otras vías de análisis que enriquezcan el trabajo áulico.
Finalmente, en la conjugación de los dos artículos, se querrá haber logrado un objetivo nada despreciable: articular la necesidad de la gramática para
la enseñanza de la lengua con un tipo de análisis del discurso que, aun mostrando las limitaciones del análisis gramatical, se apoye en él para comprender mejor el sentido de lo que se dice.
Pueden acceder a la primera parte en: primera parte
La lengua es un sistema con un alto nivel de complejidad, cuyos elementos se definen a partir de las relaciones (sintagmáticas y paradigmáticas) que se establecen entre ellos. Estos elementos constituyen diversos subsistemas dentro de ella: fonológico, morfológico, sintáctico y semántico. La lengua es un
contínuum que imperceptiblemente está cambiando en todo momento para que persista su función básica: la eficaz comunicación entre los hablantes
que la comparten.
Los maestros planificamos nuestras clases: buscamos, pensamos, estudiamos, hipotetizamos, leemos y documentamos. Creativamente seleccionamos
el texto a partir del cual se abordarán los contenidos programáticos sobre gramática. ¿Siempre a partir de un texto?
En el presente trabajo se expondrá el papel central que la gramática tiene para cumplir en la enseñanza de la lengua, entendida fundamentalmente
como la enseñanza de la lectura y la escritura. Después de haber sido denostada de diversas maneras, hoy en día la gramática está de vuelta para decirnos nuevas cosas sobre su campo de acción, sobre la delimitación de sus unidades, la organización y el funcionamiento del sistema de la lengua, y para señalarnos, para quien sepa y quiera escuchar, un determinado estado de situación respecto de las circunstancias educativas que atraviesa la escuela uruguaya.
No obstante, la gramática presenta sus limitaciones analíticas, que serán convenientemente expuestas en un segundo artículo, en el que se propondrán ejemplos cuyos análisis adoptarán una perspectiva discursiva con el propósito, en efecto, de poner de relieve dichas limitaciones y, concomitantemente, de ofrecer otras vías de análisis que enriquezcan el trabajo áulico.
Finalmente, en la conjugación de los dos artículos, se querrá haber logrado un objetivo nada despreciable: articular la necesidad de la gramática para
la enseñanza de la lengua con un tipo de análisis del discurso que, aun mostrando las limitaciones del análisis gramatical, se apoye en él para comprender mejor el sentido de lo que se dice.
Cuando se piensa en la enseñanza de la gramática en la escuela, muchas son las voces (de otros y propias) que surgen a defenderla o a condenarla.
Sin embargo, no siempre fue así. Durante años no se concibió la enseñanza de la Lengua apartada de la enseñanza de la gramática, enseñar Lengua era enseñar gramática. Con el tiempo comenzó a cuestionarse tal concepción, ya que no se percibía que la ecuación entre saber gramática
y saber escribir se cumpliera cabalmente. El movimiento pendular en los cambios de paradigmas llevó a que la enseñanza de la gramática quedara
ausente de las aulas, no era un conocimiento valioso para aprender a escribir y a leer. Nuestras aulas escolares y de formación también pasaron por este proceso. Esto (como es de suponerse) tampoco arrojó buenos resultados.
Actualmente se transita un camino intermedio entre las dos posturas antes mencionadas. Es decir, valorar la importancia de la gramática como pilar
fundamental para lograr una adecuada comprensión y producción de textos.
En esta oportunidad presentamos el trabajo llevado a cabo en una escuela de Tiempo Completo del departamento de Canelones, con la formación continua de PAEPU.
El trabajo que proponemos se enmarca dentro del enfoque del interaccionismo sociodiscursivo, y coloca a la enseñanza de la escritura en un primer plano. Se trata de organizar secuencias didácticas donde la escritura, la lectura y la gramática se relacionan permanentemente.
El docente elige un género textual o un tema para poder planificar su secuencia, con el propósito de mejorar la competencia tanto discursiva como
lingüística del alumno. Para ello deberá pensar qué va a hacer escribir a sus alumnos. Esta pregunta guiará la secuencia a planificar.
«Al considerar lo instrumental del género textual, nos referimos a las acciones de lenguaje concretas que deberán desarrollarse en una situación comunicativa determinada.» (Riestra, 2014:37)
Trabajar desde el género permite “hacer con el lenguaje”, actuar e interactuar con los otros para resolver problemas comunicativos. Se aborda la lectura y la escritura atendiendo a la experiencia del alumno como lector y escritor.
En esta escuela, las maestras de segundo nivel y la maestra secretaria organizaron su trabajo en torno a un tema en común: Piratas. A modo de ejemplo
presentaremos el trabajo realizado por la docente de Sexto grado.
La expansión de los textos que producen los niños ha sido siempre una preocupación de los docentes de aula. Trabajar el sintagma nominal brinda una
herramienta a este cometido, al permitir enriquecer, de una manera sencilla, los enunciados que producen nuestros niños.
Se entiende la expansión a la que nos referimos como el incorporar elementos a un enunciado sin modificar las relaciones o la función de los elementos
preexistentes.
Es este un tema propio de la sintaxis, parte de la gramática que estudia las formas en las que se combinan las palabras y los grupos de palabras.
Ponencia dictada en la Jornada “La enseñanza de la lengua en debate. Una mirada a la reflexión”, realizada el 29 de abril de 2016 en el Centro de Formación Permanente de QUEHACER EDUCATIVO.
Desde el principio, una vez en democracia, la revista QUEHACER EDUCATIVO ha tenido la posición de hacer énfasis en la enseñanza de la lengua, en la búsqueda de prácticas liberadoras que hicieran posible que los niños aprendieran en las aulas.
Al asumir la escuela su función de formar lectores y escritores (productores de texto); adherimos a Castedo, Kaufman, Lerner, Molinari, Nemirovsky, Perelman, Tolchinsky, Torres, quienes proponen un giro en la Didáctica de la lengua materna, donde las prácticas sociales de lectura y escritura definen un nuevo objeto, la lengua en uso, “el lenguaje y su enseñanza”.
Al asumir la escuela su función de formar lectores y escritores (productores de textos), los usos de la lengua se vuelven centrales en la enseñanza escolar. Se propone la reflexión en acto, una reflexión explícita sobre los modos de decir donde la gramática es motivo de enseñanza “para decir” o para entender “cómo dice”. El uso de la lengua en prácticas sociales da poder al sujeto que aprende.
La gramática, como parte de la Lingüística, es el estudio del código o sistema lingüístico, y ha de elaborar reglas que permitan explicar los
planos y la articulación entre ellos, ya que esas “partes” se enlazan para constituir el todo, y conformar un texto (unidad de comunicación).
Dos dimensiones estructuran el lenguaje, la dimensión paradigmática y la sintagmática. La gramática se encarga de estudiar estas dimensiones,
ya sea en el plano de la selección si analizamos paradigmáticamente la lengua, o en el plano de la combinación si se realiza un estudio
de los sintagmas (verbales o nominales).
«La escuela debe enseñar la Gramática textual y la Gramática oracional» (ANEP.CEP, 2009:47) para que los niños superen el conocimiento
intuitivo que poseen de la lengua, y gracias a la reflexión descubran categorías sintácticas, morfológicas y léxicas, para comprender
y producir en forma más eficaz y con adecuación a la situación de comunicación.
Todos estamos de acuerdo con que es una práctica muy extendida en el ámbito escolar, la de trabajar desde muy temprano con el análisis gramatical.
Es así que maestros y alumnos se introducen en un código cromático, que muchas veces cuesta abandonar con los años... Pero, ¿para qué sirve eso?, ¿qué utilidad presta al docente que enseña lengua materna?, ¿para qué le sirve al niño que la está adquiriendo?
El advenimiento de la Pragmática y de la Sociolingüística, y los aportes realizados por la filosofía y la lógica han modificado sensiblemente algunos conceptos gramaticales.
La Sociolingüística ha demostrado que hoy día se hace necesario, para estudiar la lengua, una observación del verdadero uso de la misma, incluyendo la variación social y dialectal. Por su parte la Pragmática advierte que la lengua en uso debe estudiarse en términos de actos de habla.