Madeleine Renom es docente e investigadora en la Facultad de Ciencias. En la entrevista que mantuvimos con ella nos encontramos con una mujer que hace ciencia, cuya imagen no tiene nada que ver con la que todos tenemos de un científico. Sonrisa, mirada de frente, pelo arreglado, imagen que transmite confianza, simpatía, y sobre todo pasión y entrega total a lo que hace.
Madeleine ha dedicado sus estudios a temáticas de las ciencias de la atmósfera y principalmente al clima. En este momento, su principal línea de investigación se orienta hacia el estudio de eventos climáticos extremos, comprender qué los puede provocar para intentar establecer cierta predictibilidad, y valorar sus impactos sociales y económicos. Esta información resulta importantísima al momento de elaborar políticas ambientales referidas al agro y a la energía, políticas sociales, comités de emergencia, etcétera.
En la entrevista conversamos sobre el Congreso sobre Estudios Climáticos para Latinoamérica y el Caribe, organizado por la Unidad de Ciencias de la Atmósfera de la Facultad de Ciencias y el World Climate Research Programme. El objetivo principal de este Congreso fue identificar los vacíos y las formas de superar las limitaciones en la cadena de conocimientos que va desde la ciencia básica hasta la ciencia climática aplicada, e informar sobre las políticas y decisiones que son particularmente relevantes. Para lograr estos objetivos es necesario crear capacidad interdisciplinaria, fomentar la participación en la toma de decisiones de los responsables políticos, los científicos climatólogos, los científicos sociales y las instituciones intermediarias clave.
El ciclo hidrológico es uno de los contenidos más estudiados en la escuela. Cuenta con una larga tradición en las planificaciones de los maestros y ha tenido presencia a lo largo de las distintas reformas curriculares. Desde el Plan 2008 ha dejado de pertenecer a la antigua Geografía y ha pasado a formar parte de los contenidos del Área del Conocimiento de la Naturaleza.
Su tratamiento ha sido generalmente descriptivo y simplificado. Esta manera de planificar la enseñanza si bien da lugar a reflexionar sobre el fenómeno, ha dejado de lado algunos elementos importantes que intervienen en el ciclo y que permiten comprender y explicar más fielmente lo que sucede.
El presente material propone abandonar una visión parcializada del tema, que deja de lado la complejidad del problema; y alienta a trabajar
desde una mirada más sistémica y global mostrando la simultaneidad e interrelación de los procesos que allí ocurren.
Este artículo presenta un acercamiento a la enseñanza de las Ciencias de la Tierra en los niveles inicial y primario de la enseñanza obligatoria,
especialmente del diseño curricular prescripto para Geología en la República Oriental de Uruguay. Para ello se describen brevemente algunos aspectos epistemológicos de las Ciencias de la Tierra y de su didáctica asociada.
Luego se aborda la selección y organización de los contenidos del diseño curricular uruguayo, ejemplificando parte del desarrollo en la temática
suelo. Por último se sugieren posibles pistas para abordar el desafío de su enseñanza.
En la sociedad actual, el impacto de la ciencia y la tecnología exige que los sujetos accedan a una cultura científica y tecnológica para poder
comprender, integrarse y actuar en un mundo cada vez más complejo. El colectivo docente resuelve que la enseñanza de las ciencias debe contribuir a lograr una alfabetización tecnocientífica dentro de una amplia educación para la ciudadanía, o sea, formar buenos ciudadanos conscientes de los problemas sociales basados en la ciencia. Se considera impostergable la inclusión de la dimensión social de la ciencia y la tecnología en el currículo a elaborar. Esto exige priorizar contenidos programáticos que permitan pensar e intentar resolver algunos problemas de la vida cotidiana, vinculados con el ambiente, la salud... En esta experiencia se realizó a través del abordaje de los techos verdes.
Aproximadamente uno de cada tres uruguayos es analfabeto en materia de conocimiento institucional. Aunque no se reconozca públicamente, ese problema existe y representará un desafío para la democracia si no se le presta atención. En los años 2007 y 2013, el Instituto de Ciencia Política realizó dos encuestas para evaluar la imagen pública del Parlamento.
Uno de los bloques de la investigación estaba centrado en el nivel de conocimiento que la ciudadanía tiene de las funciones del Poder Legislativo. La pregunta “¿podría usted decir cuál es la principal función del Parlamento?” fue respondida por dos tercios de los encuestados (un tercio dijo que la función era legislar y otro tercio mencionó otras funciones como representar, controlar al Ejecutivo, debatir, etc.).
El grupo que no logró responder la pregunta está compuesto por personas con bajos niveles educativos. Entre los encuestados que no completaron la enseñanza primaria, la proporción de personas que no supo responder se ubicó en el 70%, y entre los que no terminaron el ciclo básico de enseñanza secundaria alcanzó el 55%. Además, ese grupo de personas presentó niveles de desinformación importantes cuando se les consultó sobre asuntos públicos de notoriedad o sobre el conocimiento de autoridades institucionales (un 80% no logró mencionar una ley aprobada en el año anterior; más del 60% de ese grupo no conocía el nombre del Vicepresidente de la República y tampoco lograba ubicarse con claridad en el eje izquierda-derecha). ¿Por qué sucede esto? Una observación muy simple nos conduce a la educación cívica que reciben las personas y a dos factores que influyen en ese proceso: los partidos políticos y la educación formal. Históricamente, la formación cívica estaba vinculada a los partidos, pero en las últimas décadas estos han perdido capacidad de convocatoria en virtud del fuerte impacto de factores estructurales como los cambios en la sociedad o la revolución tecnológica. Por otra parte, la enseñanza formal parece no haber asumido con decidido impulso la responsabilidad de educar cívicamente a los ciudadanos. Obsérvese que la asignatura encargada de divulgar contenidos relativos al funcionamiento de la democracia y las instituciones es “Educación Social y Cívica”, ubicada en el tercer año de la enseñanza secundaria. Como muchos estudios lo demuestran, los niveles más altos de deserción del sistema educativo se producen precisamente entre el primer y segundo año de la enseñanza media.
El autor propone una serie de ensayos que se puedan desarrollar en el aula, se apoyen en la introducción de nociones teóricas referidas a cuatro asuntos significativos de la formación cívica: la democracia, la ciudadanía, las elecciones y las instituciones de gobierno. El objetivo debe ser simple, brindar al educando nociones básicas acerca de los andamiajes colectivos que hacen al funcionamiento democrático.
El 16 de julio de 2013 se vivió una jornada memorable en el Auditorio Nacional del Sodre “Dra. Adela Reta”. Más de mil niños procedentes de noventa y nueve escuelas rurales de todo el territorio nacional, acompañados por maestros y familiares, asistieron por primera vez al Auditorio y fueron espectadores de uno de los principales espectáculos del año: la ópera Hansel y Gretel.
El proyecto de la visita de escuelas rurales al Auditorio fue un emprendimiento conjunto entre el Ministerio de Educación y Cultura a través de la Dirección de Educación, la Dirección de Cooperación Internacional y Proyectos, el Sodre y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) a través del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), y la Comisión Nacional del Uruguay para la UNESCO (Red del Plan de Escuelas Asociadas de la UNESCO).
Durante la segunda mitad del siglo xx, en la educación predominó una visión neoliberal y economicista con el propósito de formar seres humanos competitivos y productivos. Para dicha concepción, los campos de conocimiento y sus disciplinas son objeto de diferentes valoraciones, las Ciencias Sociales y el Conocimiento
Artístico ocupan los lugares más bajos de la escala. Durante las últimas décadas de dicho siglo, y aún hoy, cuando resurgen estas ideas bajo el rótulo de “pruebas internacionales”, por ejemplo, quienes adherimos a una visión humanista de la educación nos sentimos parte de una corriente de resistencia.
El siglo XXI trajo “buenas nuevas” para nuestro país; entre ellas, la inclusión de la Educación Artística como uno de los ejes transversales de la “Ley Nº 18.437. Ley General de Educación” y como una de las Áreas del Conocimiento del Programa de Educación Inicial y Primaria. Año 2008 2. Sin embargo, esta condición necesaria para la promoción de cambios en las relaciones existentes entre el arte y la educación no resulta, por sí sola, suficiente.
La primera tarea que nos reclama entonces, de forma imperiosa, es la necesidad de analizar, organizar y sintetizar un cúmulo de ideas y de pensamientos, generados en el marco de variadas experiencias desarrolladas en las últimas décadas dentro y fuera de la escuela, rescatando lo más valioso de cada una de ellas para integrarlo en los procesos de análisis y sistematización.
Entrañable homenaje a nuestros compañeros de todas las horas y todos los caminos, realizado el 25 de abril, organizado por FUM-TEP.
En el entendido de que toda disciplina supone un cuerpo de conocimientos, una metodología para esa construcción y una forma de decir ese saber construido, el presente trabajo da cuenta de experiencias de aula donde se considera la sintaxis como contenido de enseñanza de ciencias naturales.
En todas ellas se planifica la lectura compartida en lo que llamamos la doble agenda, entendida como la explicitación de objetivos en dos dimensiones: la que busca la comprensión del contenido del texto y, en relación con lo anterior, la que refiere al aprendizaje de estrategias para la construcción de ese contenido.
El presente material es una adaptación y ampliación de un trabajo presentado en el Cuarto Encuentro de Innovadores Críticos, organizado por la Asociación de Docentes de Ciencias Biológicas de la Argentina, 21-23 de noviembre de 2013.
El escenario complejo de la educación en nuestro país y el mundo da cuenta de que para encarar los nuevos desafíos pedagógicos en la actualidad, las instituciones educativas tienen que enfrentar los retos de la mejora que deben albergar transformaciones profundas. En cuanto a la enseñanza de la escritura, la escuela no se “ha movido” en ese sentido. Como consecuencia, el desafío es revertir esta realidad.
Hay que encarar el cómo enseñar a escribir; para ello se deberán tomar decisiones que permitan mejorar las realizaciones escritas de la lengua.