Los docentes de la escuela N°88 “Alfred B. Nobel”, ya desde el año 1997, reflexionaron sobre cómo podían mejorar la calidad de la educación de los niños de su centro docente. Si bien la escuela contaba desde esa época con variados ambientes educativos, sentían la necesidad de potenciar el trabajo docente, las habilidades naturales de los niños y el uso de esos recursos que la escuela les brindaba. Es así que decidieron desarrollar nuevas formas de trabajo que tuvieran en cuenta la fortaleza de cada maestro y tendieran a una formación integral del niño.
Una vez por semana se implementó el trabajo en lo que se denominó en sus orígenes como Talleres Rotativos. En el artículo, se explicita cómo los llevaron adelante en esta escuela rural.