El presente artículo tiene la finalidad de compartir con colegas una experiencia pedagógica, en la que se propusieron generar las posibilidades para un aprendizaje integral del que los niños pudieran sentirse protagonistas.
Es posible hoy, en el sistema educativo, generar lógicas alternativas en este territorio complejo que se denomina aula. Se entiende que la educación debería tender a generar autorías de pensamiento a partir de procesos que habiliten la creación, deconstrucción, construcción y transformación de realidades.
Esta experiencia fue realizada en un grupo de sexto grado, mediante el desarrollo de una unidad didáctica que se apoyó fundamentalmente en las Áreas del Conocimiento Social y Artístico, que se fue modificando y enriqueciendo en el proceso.
Frente al abordaje de la historia reciente de nuestro país, vinculado al interés de los niños por el teatro, se decidió proponer al grupo la realización de un proyecto teatral: transformar un cuento en una obra de teatro, y ellos fueron responsables tanto de la adaptación del texto como de su puesta en escena.
La Primera Guerra Mundial, conocida como la Gran Guerra por sus contemporáneos, significó simbólicamente el trasiego de un siglo a otro. La conflagración mundial hirió de muerte al “largo siglo xix”, al decir del historiador inglés Eric Hobsbawm, y sirvió como puente de transición hacia un mundo moderno, dominado por potencias no europeas. Pero además cambió para siempre el significado de la guerra, incorporó nuevas víctimas, redimensionó las consecuencias y demostró que la racionalidad, tan cara al pensamiento ilustrado y moderno, bien podía conducir al progreso infinito, bien a la destrucción masiva y completa de la humanidad, dejando en evidencia la crudeza y crueldad del género humano.
En este artículo propone abordar el contenido de la Guerra Mundial atendiendo: el estudio de un concepto específico y sus atributos –como lo es el concepto de “Guerra Total”–, el análisis de un fenómeno multicausal, el uso de imágenes como fuentes primarias, y la voz de los disidentes que se animaron a protestar
contra la guerra. El objetivo siempre es trabajar la Historia como una disciplina interpretativa, que pretende comprender el mundo en el que se desarrolló la Guerra Mundial, sin juzgarlo desde los parámetros del presente.
Al final del artículo hay un pequeño apartado donde se realiza una muy breve recomendación sobre cuatro sitios web europeos, con propuestas didácticas, imágenes y artículos interesantes para trabajar en la escuela.
Toda institución educativa ha de constituirse en referente cultural de, para y con la comunidad en la que está inserta. Valorar y atender la identidad del medio, sus problemáticas, implica conocerlo, identificar e interpretar sus posibilidades y necesidades, requiere lograr involucrar a todos los participantes en la elaboración de un proyecto común que atienda lo pedagógico, lo institucional y lo patrimonial.
Esto es lo que la comunidad de Altos del Perdido (Soriano) ha concretado y sostenido bajo la convicción de su maestra directora.
Este trabajo es una síntesis de la información presentada al IV Premio Iberoamericano de Educación y Museos. El resultado emitido el 12 de febrero de 2014 por el Comité Técnico Evaluador reconoce al Museo Escolar Rural de Uruguay con una mención de honor.
Pensar y escribir este artículo tiene por finalidad presentar en una propuesta integrada, desde una temática específica, aquellos elementos que consideramos fundamentales a la hora de enseñar Ciencias Sociales: la dimensión conceptual (macroconceptos y conceptos específicos) y la forma como se construye el conocimiento social (el método). La propuesta se elabora con énfasis en la dimensión explicativa.
Al seleccionar los temas que se convertirán en contenidos de enseñanza, el docente debe identificar los conceptos específicos que permiten explicarlos, y las dimensiones temporales y categorías espaciales desde donde es posible abordarlos. En esta perspectiva, la consideración de los sujetos es fundamental para
entender los contextos en los que intervienen y los espacios que modifican con sus acciones e intenciones.
Esta forma de organizar los contenidos y la enseñanza puede resultar de utilidad ante la variedad y cantidad de temáticas que aparecen en cada grado en el programa escolar. Esta realidad nos obliga a seleccionar información y adaptarla, considerando la construcción que han realizado las diferentes disciplinas y las características de los alumnos con los que trabajamos.
Al igual que los investigadores sociales, debemos proponernos explicar y comprender los fenómenos y procesos sociales. La simple descripción de los acontecimientos o la memorización de datos no aportan la explicación necesaria para comprender dichos sucesos. Es necesario buscar y construir razones que permitan explicar y entender la realidad social a través de la problematización de los fenómenos (elaboración de preguntas), la construcción de hipótesis que se basen en información y la búsqueda de evidencias que permitan confirmar, ampliar o refutar las respuestas tentativas propuestas.
Otra especificidad en la enseñanza de las Ciencias Sociales es el trabajo conceptual. Los macroconceptos o “mirada específica” de las disciplinas que aquí incluimos son: tiempo histórico, espacio geográfico y sujeto social. Estos no se trabajarán de forma explícita en la escuela, sino a través de otros conceptos propios de cada temática seleccionada.
Incorporamos también algunos conceptos específicos: construcciones disciplinares que sirven para explicar e interpretar los fenómenos sociales, y establecer relaciones entre los distintos niveles de la información.
En Ciencias Sociales existen muchos datos y hechos que se adquieren como contenidos factuales, el conformarnos solamente con este nivel de información coloca a la enseñanza del área en un plano puramente descriptivo. Para lograr sentido, significado y darle al conocimiento social un marco explicativo es necesario abordar el otro nivel de información: los contenidos conceptuales.
El propósito de este trabajo es relacionar aspectos teóricos sobre la importancia de la dimensión conceptual como uno de los niveles de información que componen el conocimiento social, con una propuesta realizada en primer ciclo (alumnos de Inicial: nivel 4, nivel 5; primero y segundo grado). Se trabajó en la modalidad de proyectos: La máquina del tiempo; dentro de este se tomó, como recorte, a nuestros pueblos originarios, los primeros cazadores.
Proyecto realizado en el marco del Curso II – Apoyo a la implementación de proyectos de Ciencias Sociales en las Escuelas de Tiempo Completo. PAEPU-ANEP/CEIP/BIRF.
Artículo que recorre el "camino" realizado por una docente y sus alumnos, ante el cuestionamiento de si realmente le estaba brindando a sus alumnos oportunidades de participar. Si promovía instancias en las cuales las prácticas sociales sean “enseñadas”.
Ante esto, se propuso realizar un proyecto que partiese de los intereses de los niños y que buscase fortalecer niveles de autonomía, para que sean ellos los gestores de actividades que “generalmente” realizan los docentes.
Se trabajó con la situación problema: durante el año esperaban que se los autorizara el campamento educativo a las termas. Esto no ocurrió. Se reunieron en asamblea para ver qué podían hacer. Costó mucho cambiar la costumbre de quejarse, pero pudieron reflexionar y concluir que habían dos opciones: la queja o intentar por sus medios tener un paseo de fin de año.
De esta forma, también apostó a trabajar la importancia de tener proyectos de vida e intentando desestimar esa costumbre, que se ha popularizado en nuestro medio, de que todo me lo tienen que dar. "Si lo intentamos, seguro podemos", ese fue su lema.
En sexto grado aparece como contenido la construcción de la sexualidad en el marco del proyecto de vida personal, contenido que enmarcado en una didáctica crítica impone el desafío de contribuir a «que el alumno pueda aproximarse al conocimiento de la realidad social como sujeto con posibilidad de elección y capacidad de transformación» (ANEP. CEIP, 2009:104).
El primer concepto clave es el de “construcción” de la sexualidad, entendiéndola así como una realidad que emerge de un sistema social en el que los participantes se “acomodan” a un modelo que los diferentes agentes de socialización van orientando.
El desafío era que los chicos concibieran la sexualidad como una construcción social. De esta manera se introducen la asignación de género y la identidad sexual como parte del proceso de construcción de la sexualidad mediante las diferentes propuestas.
La educación sexual debe ser encarada teniendo siempre presente el principio de laicidad, es decir, con el mayor respeto por las ideas filosóficas, religiosas o de otro tipo, así como promoviendo el acceso a la información, el pensamiento crítico, la pluralidad de opiniones, que les permita a nuestros niños tomar decisiones donde los aportes de cada persona den sentido al colectivo.
Los docentes debemos desarrollar una perspectiva de derechos, que implica una práctica continua y sistemática que impulse valores integrados a los deberes y derechos, en la construcción de la sana convivencia. Implica además ayudar al educando a identificar los valores morales en juego para poder construir un proyecto de vida sana, dejando de lado aquel antiguo concepto de salud como ausencia de enfermedad.
Este artículo tiene la finalidad de mostrar, a través de la planificación de un proyecto sobre la esclavitud, que el método es un contenido de enseñanza fundamental en el área de Ciencias Sociales, y uno de los aspectos centrales es la forma en la que se produce el conocimiento a enseñar.
Por otro lado, el proyecto fue planificado para trabajar con alumnos de Nivel 5 años, primero y segundo, lo cual permite ver como es posible introducir el concepto de esclavitud en los primeros grados realizando una propuesta de taller a nivel de Primer Ciclo.
El abordaje de dicho concepto con los alumnos más pequeños ofrece la posibilidad de trascender el tradicional estudio que se realiza con ellos, en el que se muestra al esclavo solamente como un vendedor ambulante. Se trata de ir más allá de lo anecdótico, buscando una “puerta de entrada” distinta para el conocimiento y la comprensión de lo social trabajando, con inicial y primer nivel, aspectos que forman parte de lo desconocido, lejano, complejo y abstracto.
Considerar el método como contenido de enseñanza permite que los alumnos entiendan el conocimiento social como algo abierto, provisorio, complejo, en permanente construcción; también incrementa las capacidades de los niños a la hora de formular preguntas, buscar evidencias y evaluar interpretaciones con el uso de diferentes fuentes.
A partir del Curso de Formación en el Área de Ciencias Sociales para Escuelas de Tiempo Completo en el año 2012, se planificó y se implementó el proyecto “Las familias. Vivienda del 900: el conventillo”.
El mismo se desarrolló en una escuela ubicada en el barrio Puntas de Manga, con los grupos de Nivel Cinco años y Primer grado. Dicho proyecto tuvo como líneas generales de trabajo, el abordaje de los siguientes conceptos: familia – vivienda – conventillo, y se emplearon metodologías específicas de las Ciencias Sociales.
Parte de este artículo fue publicado en: ROSTAN, Elina (comp.) (2011): Enseñanza de las Ciencias Sociales II. Conceptos y gestión de las fuentes de información. Montevideo: Ed. Camus.
La explicitación y puesta en práctica de la “indagación” como forma de construcción de conocimiento social resulta un contenido fundamental en la enseñanza de las Ciencias Sociales.
El área de Ciencias Sociales en el ámbito de enseñanza se caracteriza no solamente por cierta información y conceptos que estructuran el sentido de dicha información, sino que también la modalidad de construcción de este conocimiento específico resulta un aspecto central. Es decir que es necesario entender que la forma como se produce el conocimiento a enseñar es también un contenido.
La búsqueda de información, la realización de inferencias, el establecimiento de diferencias entre las descripción y explicación, la reflexión sobre la lectura e interpretación de la fuente, son momentos que permiten acercar a los alumnos a la producción y al relativismo del conocimiento social.
Se aportan situaciones que implican trabajar con los alumnos desde una perspectiva de metaconocimiento. Esto significa preguntarse, por ejemplo, qué información tendremos que buscar, para qué, cuál será relevante de registrar, qué preguntas nos quedan sin contestar, qué otras fuentes podrán contestarlas. Así, la información que se maneja en clase no aparece como algo “arbitrario” proporcionado por el docente, sino que es posible darle un sentido en relación a la búsqueda de respuestas y evidencias para el problema planteado. Esto también permite involucrar al alumno en cómo
se produce la construcción de conocimiento y cómo la búsqueda de información tiene como objetivo explicar y comprender el tema o problema planteado.