En ocasiones, los alumnos se acercan a la clase con inquietudes, comentarios o diálogos que muchas veces dejamos pasar, y son estas instancias las que justamente debemos aprovechar porque pueden llevarnos, a maestros y alumnos, a investigar en ciencias, a percibir de otra forma lo que nos rodea, y a hacernos preguntas que habitualmente no nos haríamos.
Los docentes no podemos dejar de lado esos extraordinarios momentos, en los que se abren oportunidades para trabajar en Ciencias de la Naturaleza. Y especialmente cuando los niños están motivados desde sus propias experiencias de observación y cuestionamientos –si los hubiera–; porque si no fuera así, ahí comenzaría nuestra tarea poniendo en evidencia sus pensamientos, hipótesis, estrategias de resolución, planteando experimentos si fuesen necesarios y analizando resultados para finalmente ampliar las explicaciones. Es así que se reconstruyen sus conocimientos, ¿vale la pena entonces enseñar ciencias? Claro que sí, para ello debemos conocer sus ideas y a partir de allí pensar juntos qué queremos saber y cómo vamos a organizar la investigación.
Esta experiencia, gira en torno a lo que ocurrió en el tercer año, al llegar a la clase, a través de una niña, una pelota de "savia".
El equipo tiene como línea de trabajo el estudio y la elaboración de diferentes aportes desde la Epistemología a la Didáctica de las Ciencias. Entre ellos, el análisis epistemológico de los contenidos programáticos del Área del Conocimiento de la Naturaleza para fundamentar secuencias de enseñanza. El número anterior de QUEHACER EDUCATIVO contiene el trabajo realizado en Geología. En este caso sintetizamos dos comunicaciones orales y un póster presentados en la III Conferencia Latinoamericana de Historia, Filosofía y Didáctica de las Ciencias, realizada del 17 al 19 de noviembre de 2014 en Santiago de Chile.
Allí se expuso el análisis histórico epistemológico de los contenidos programáticos de Física como base de las propuestas de enseñanza de la Mecánica que el equipo viene investigando desde hace dos años. En números posteriores iremos abordando el mismo enfoque en otras disciplinas del área.
Este artículo presenta un acercamiento a la enseñanza de las Ciencias de la Tierra en los niveles inicial y primario de la enseñanza obligatoria,
especialmente del diseño curricular prescripto para Geología en la República Oriental de Uruguay. Para ello se describen brevemente algunos aspectos epistemológicos de las Ciencias de la Tierra y de su didáctica asociada.
Luego se aborda la selección y organización de los contenidos del diseño curricular uruguayo, ejemplificando parte del desarrollo en la temática
suelo. Por último se sugieren posibles pistas para abordar el desafío de su enseñanza.
Jugar con sus sombras es una actividad frecuente para los niños, les resulta divertido correr tras de ellas, pisar la sombra de sus compañeros, ver como sus cuerpos se agrandan o se achican en la pared iluminados por una linterna... Es un juego muy entretenido y que a menudo planificamos así, como una actividad lúdica.
¡La luz es un fenómeno tan cotidiano!, nos acompaña siempre, al igual que la sombra que nos sigue a todos lados... ¿por qué entonces nos cuesta tanto trabajarlo en la clase como un fenómeno físico?
En Nivel Inicial cuatro años, la luz y la formación de sombras es uno de los contenidos del Área del Conocimiento de la Naturaleza que podemos abordar desde la Física y desde la Astronomía, pero también desde otras áreas como la del Conocimiento Artístico.
¿Cómo pensar esta situación de enseñanza para que esté focalizada en las ciencias? ¿Qué quiero que los niños aprendan referido a la luz, los objetos y las sombras? ¿Qué dice la Física de la luz? ¿Qué piensan los niños de nivel inicial sobre las luces y las sombras? Respondiendo a estos interrogantes, se desarrolló esta intervención en inicial cuatro años.
En el entendido de que toda disciplina supone un cuerpo de conocimientos, una metodología para esa construcción y una forma de decir ese saber construido, el presente trabajo da cuenta de experiencias de aula donde se considera la sintaxis como contenido de enseñanza de ciencias naturales.
En todas ellas se planifica la lectura compartida en lo que llamamos la doble agenda, entendida como la explicitación de objetivos en dos dimensiones: la que busca la comprensión del contenido del texto y, en relación con lo anterior, la que refiere al aprendizaje de estrategias para la construcción de ese contenido.
El presente material es una adaptación y ampliación de un trabajo presentado en el Cuarto Encuentro de Innovadores Críticos, organizado por la Asociación de Docentes de Ciencias Biológicas de la Argentina, 21-23 de noviembre de 2013.
Este artículo considera aportes de la Psicología a la Didáctica de las Ciencias. Desde hace tres décadas existe una vasta línea de investigación sobre las llamadas ideas previas, concepciones alternativas, teorías implícitas; y una línea didáctica francesa lo hace sobre los obstáculos epistemológicos. Sabemos que las primeras son conocimientos significativos, mayormente erróneos y sumamente resistentes al cambio. Si bien se cuenta con un importante registro que incluye distintas temáticas, y abarca diferentes edades y culturas, poco se avanzó en cómo considerarlas al organizar la enseñanza.
Encontramos desarrollos teóricos que analizan distintas modalidades de cambio conceptual, otros de cambio representacional, de reestructuración cognitiva y aun quienes fundamentan la separación de contextos.
Quienes enseñamos, seguimos “encontrándonos” con ellas a diario e intentando distintas estrategias y recursos sin mayores avances. Por eso nos pareció oportuno traer nuevamente la temática y aportar otros análisis que esperamos útiles para nuestra labor.
Nos interesa compartir un modelo de aprendizaje desarrollado por la Dra. Lydia R. Galagovsky (2004). Si bien acercaremos las ideas fundamentales a través de la transcripción de algunos párrafos, resulta imprescindible la lectura completa de sus dos artículos. Su postura es no restringir la aparición de las ideas previas, sino anticiparlas posibilitando la construcción de conocimiento a la de relacionar la nueva información con los “conceptos sostén” adecuados, existentes en la estructura cognitiva del alumno.
La investigación sobre la concepción de ciencia que tienen los escolares uruguayos a través de las representaciones que explicitan del científico y su contexto, realizada por el Equipo de Investigación en enseñanza de las Ciencias Naturales, proporcionó una serie de evidencias interesantes para la continuación del trabajo.
Se consideró necesario intervenir en tres aspectos: en la imagen del biólogo (científico más dibujado por niños de 5 años); en el campo de estudio de la biología y en la manera de enseñarla, que requiere incorporar algunos aspectos de la naturaleza de la ciencia para poder lograr una imagen crítica sobre el funcionamiento de la misma, sus alcances y limitaciones.
En este artículo, se eligió enfocar en el tercer aspecto, en particular el campo: la relación entre el conocimiento científico y el mundo natural; el carácter modélico del primero establece una relación de similitud con el sistema que representa al segundo o a parte de él.
La comunidad de didáctas y pedagogos coincide, en reconocer la importancia del dominio de la competencia argumentativa y la identifican como un objetivo fundamental de la enseñanza. Sin embargo, estas recomendaciones no suelen permear las clases de ciencias, y las instancias de enseñanza de la competencia argumentativa suelen omitirse.
En este trabajo. los autores se proponen una perspectiva acerca de la argumentación que consideran adecuada para los niveles primario avanzado y secundario, y sugerirán algunas actividades para la enseñanza y evaluación de la competencia argumentativa.
Seleccionar nuestro aporte al tema de la revista fue una tarea compleja. ¿Qué jerarquizar? ¿Con qué criterios? ¿Cuáles son las mayores dificultades al momento de organizar la enseñanza?
¿Cuáles podrían resultar pasibles de ser modificadas para comenzar a superarlas? ¿Qué líneas directrices serían las más potentes y fructíferas?
¿Qué ejes conceptuales podrían generar exploraciones para innovar?
Partimos del supuesto que enseñar la ciencia escolar requiere: enseñar a pensar –elaborar modelos explicativos de la realidad–, a hacer –intervenir en esa realidad– y a comunicar –generar lenguajes que relacionen los modelos con las intervenciones–. Por lo tanto hemos de organizar a la vez lo teórico, lo experimental y lo lingüístico;
lo que cada grupo en particular puede pensar, hacer y decir para aprender lo esencial de esa ciencia (Izquierdo, 2005b).
Decidimos tomar tres aspectos de la actual agenda de la didáctica de las ciencias: integración de saberes, el papel de la lengua en el aprendizaje de la ciencia y el proceso de modelización.
En cada uno de ellos se presenta el marco teórico que lo fundamenta y se desarrolla una propuesta de enseñanza para determinado nivel o grado escolar. Por último incorporamos el análisis de una actividad que se centra en los conocimientos que los niños poseen.