Circunscribir la figura de Pedro Figari tan solo a la de un gran pintor, sería conocer parcialmente la personalidad de este hombre. Su humanismo lo llevó a destacarse en varios campos, el de la abogacía, la filosofía, la poesía y la pedagogía.
Justamente es en este último, es que se centra este artículo. Cercanos a al centenario de su asunción, un 15 de julio de 1915, como Director de la Escuela Nacional de Artes y Oficios, escenario en el que llevó a cabo su práctica de pedagogo.